domingo, 22 de abril de 2012

Los Años

por Myrza Marilys Lassús

Los años importantes en mi vida: 1968, 1979, 1986, 1991, 1996, 2000, 2003, 2006, 2009 y el 2010.

Todos tienen que ver con lo personal, con la emoción, con el sentimiento, con la felicidad, con la tristeza, con alegría, con pena, con esperanza, con desesperación. Todos tienen un verso, un capitulo, un acento, una pausa, una historia.

Estuve hablando con alguien acerca de los años de la tierra y lo que los científicos consideran cuan vieja es la tierra. Si nos dejamos ir por lo que ellos dicen, la Biblia no haría sentido. Pero luego me acuerdo de que para Dios un día es como mil años y mil años como un día. Y mientras pienso en eso, me doy cuenta de lo rápido que el tiempo pasa…. La niñez se vuelve en adolescencia, la adolescencia en adultez y la adultez en vejez y la vejez en muerte. ¿Cómo es que nosotros hacemos tantos planes y muchas veces los planes no se dan?

El tiempo es como un suspiro. Sin darte cuenta, comenzó y terminó. Por eso es que al dirigirme a mi corazón, sentí un dolor bien fuerte…. No supe aprovechar el tiempo muchas veces. Dejé pasar el tiempo, porque tenia tiempo, porque era joven, porque no era importante. Aún hoy, pierdo el tiempo en cosas sin importancia, que no añaden valor a mi vida, que no edifican. He perdido el tiempo dándole importancia a cosas vanas y personas que no se lo merecen. He desobedecido al Señor, a mi Dios.

La Palabra dice que debemos de buscar primero el reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura. Dice que todo tiene su tiempo. Dice que corramos y busquemos en ganar la carrera. Dice que busquemos la sabiduría divina. Todas estas cosas implican trabajo, paciencia, perseverancia y deseos de llegar. Mi sabiduría y mi obediencia en mi adolescencia no fue lo que es ahora y lo que fue hace diez años atrás no fue lo que es ahora…. Pero no puedo quedarme en lo que mi falta de sabiduría y obediencia no me permitieron hacer en el pasado. Tengo que mirar hacia el futuro y confiar que Dios me da otra oportunidad para cumplir su propósito en mi.

Si nos arrepentimos de nuestra desobediencia y nuestra terquedad, el tendrá misericordia y nos perdonará y nos llevará delante de su presencia a tiempos de refrigerio, de descanso. No esperes a que el Señor te llame a cuentas y te pregunte si no supiste distinguir el tiempo…. El tiempo no es de nosotros, es del Señor.

Yo quiero decir como Habacuc: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia“.  Y añado, que no sea mi tiempo, que sea el tiempo de El…. porque el tiempo de Dios es siempre perfecto.

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