sábado, 22 de octubre de 2011

Fruto del Espiritu - La Paciencia

por Myrza Marilys Lassus

De acuerdo a la Real Academia Española: viene del latín patientia. Es la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Es la capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas. La facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho. La lentitud para hacer algo. La tolerancia o consentimiento en mengua del honor. En inglés se dice que es: patience, suffering, endurance.

Romanos 5 dice que “la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. En otras palabras con la tribulación (el sufrimiento) aprendemos a soportar (el sufrimiento). Cuando aprendemos a soportar el sufrimiento, somos aprobados por Dios. En otras palabras, nuestro carácter es probado. Y esto nos da seguridad de Su amor a través del Espíritu Santo morando en nuestros corazones.

Una vez escuché lo siguiente: estaba un hombre llamado Juan en su auto manejando y de momento se le atraviesa otro carro. Los dos pararon al mismo tiempo. El otro hombre salió del auto y Juan también salió de su auto. El otro hombre comenzó a decir palabras obscenas y Juan pensó de momento, pero en un segundo le tiró al hombre y le pegó. La policía llegó al lugar y se los llevó a los dos presos. Pero que calamidad…. No solamente se lo llevaron preso; ahora tiene que estar en una celda por dos días porque es viernes y el juez no trabaja hasta el lunes. Lo peor es que Juan es cristiano. Perdió un fin se semana por perder la paciencia. Este escenario hubiera sido mucho mejor si Juan hubiese ignorado las palabras del hombre. Se hubiera ido a su casa quizás un poco molesto, pero sin record policíaco y dando testimonio de su fe. Si tan solo Juan hubiese tenido paciencia, el otro hombre no hubiese seguido en su furia y Juan no hubiese pasado el mal rato en una celda. Aquí no se cumplió la palabra que dice: “Con la mucha paciencia se persuade al príncipe, y la lengua suave quebranta los huesos“. (Proverbios 25:15) y “…mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu”. (Eclesiastés 7:8).

Mientras pienso en esta palabra, veo lo que Dios quiere dejarnos saber como El desea que vivamos no solo como personas sino como cristianos y testigos de la fe. Desde el primer núcleo como la familia hasta las empresas e instituciones más grandes, la paciencia es lo que conecta una discordia a un acuerdo. Cuando tenemos paciencia, podemos reflexionar en el próximo paso a seguir sin hacer decisiones irracionales. Si esta acción no fuese importante, no se mencionaría tanto en la Palabra. De la misma forma esta acción es bien importante en un ministerio. Al interactuar con otras personas, tenemos que tener la habilidad de escuchar, observar, entender, enseñar, instruir, dirigir, comunicar nuestras ideas, disciplinar, persuadir, alentar, levantar, etc. Y estas cosas no se pueden lograr de una manera exitosa si no se tiene paciencia. “Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción“. 2 Timoteo 4:2. Esto no esta escrito por casualidad. Porque si las cosas se hacen a lo loco, de prisa, no se logra lo deseado.

La Palabra habla de gente que por tener paciencia obtuvieron bendiciones y la misericordia de Dios. Noe, Job, el Apóstol Pablo, etc. En las cartas del Apóstol Pablo, se ve como la paciencia es mencionada una y otra vez cada vez que se necesitaba arreglar un asunto con la iglesia relacionándose a como los hermanos estaban interactuando entre si y como deberían tratarse. Podríamos tener todas las habilidades del mundo como buenos administradores de dinero, buenos músicos, buenos estudiantes, perfeccionistas…, pero si no tenemos paciencia carecemos de una virtud poderosa. Cuando no tenemos paciencia, cometemos pecado porque nos apresuramos a hacer decisiones erróneas, nos enojamos, decimos lo que no es correcto, hacemos lo incorrecto, simplemente pecamos. Debemos de seguir el consejo en Santiago 1 que “la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada“. Y, ¿ quien es perfecto? Nuestro Señor Jesucristo. Y a El debemos de imitar.

Y siguiendo la línea de la enseñanza, debemos de ser intencionales en nuestro deseo de tener paciencia, especialmente cuando hablamos de ministerios en la congregación. Y si no sabemos como desarrollar paciencia, pidámosle a Dios sabiduría.

“Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza. Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo“. Romanos 15:4-6

Este ensayo lo escribi el 16 de octubre 2011.

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