lunes, 31 de octubre de 2011

Demostración de Amor

Por Myrza Marilys Lassús

Romanos 5:1-11 “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El. Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación“.

En varias ocasiones me he preguntado como puedo sentir el amor de Dios en mi vida. ¿ Que es lo que hace que sienta ese amor en mi vida? Dios es como un padre que cuando nos ve descarriar, El busca la manera de enderezar nuestros pasos y llevarnos al camino correcto. El es como el pastor cuando una oveja se aleja del redil y la busca para que este de nuevo con el rebaño.

Nuestro Señor a veces permite que pasemos por pruebas, dificultades, dolores, situaciones, sufrimientos. No hasta hace poco, yo me vi caminando el camino del robot. En mi andar cristiano, caminaba como todos, hablaba como todos, actuaba como todos… pero a la hora de vivir en la verdad, en fe, en confianza plena, no lo hacia. Por un lado actuaba ser y por otro carecía de fe. Para sacar mi dolor, mi sufrimiento y aprender de ellos, tuve que reconocer que todo lo sucedido en mi pasado ha sido voluntad de Dios y con un propósito. Pero que mucho he llorado y sufrido. Sin embargo, mi sentir ahora ha cambiado. Si, es un proceso, pero veo la voluntad plena de mi Dios y su gracia en mi vida.

Muchos estamos dispuestos a sufrir y morir por nuestros caprichos, nuestros deseos y nuestras pasiones. Pero eso no es demostración de amor. Eso es demostración de mártir. Ahora, nosotros, aún en cosas que no fueron nuestra culpa, estuvimos dispuestos a morir por esa causa. Cosas vanas que se corrompen con el tiempo y que jamás las llevaremos con nosotros cuando partamos de este mundo. Cuando yo leo que “aun siendo pecadora Cristo murió por mi”. Eso me da paz y me emociono porque yo no merecía nada. El demostró tanto amor por nosotros.

Y vemos su demostración de amor en la cruz. Y, muchas veces nos quedamos ahí. Pero ahora que somos sus hijos al ser comprados con su sangre, sabemos que lo que nosotros pasemos en la tierra, en este mundo pasajero, no se compara con el sacrificio de nuestro Dios. Y El nos enseña lo siguiente:

Tenemos que saber que no es leer esta porción de la Biblia como el papagayo. Es saber que TODO lo que ocurre en nuestras vidas tiene un propósito específico. No sucede nada por casualidad. El enemigo hace por destruir, pero Dios usa esas tribulaciones, para fortalecernos más en El. El nos da paz en medio de nuestros sufrimientos, creciendo en nosotros paciencia y así formando nuestro carácter a la imagen de nuestro Señor Jesucristo. Tendrás la esperanza de que todo lo que has pasado será para tu bien y al final, esto llenará tu corazón de alegría porque serás lleno del amor de Cristo. El nos ayuda en todo momento, en toda situación. El llenará tu casa de un olor fragante en la cual TODOS los que entren se darán cuenta que allí mora el Espíritu Santo de Dios. Sigue en la luz que es Cristo y jamás mires atrás.

Este devocional lo escribi el 30 de octubre 2011.   

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